Leyenda o Mito de La Candileja
La Candileja es una bola ígnea de tres
hachones o luminarias, con brazos como tentáculos chisporroteantes de un rojo
candela, que produce ruido de tiestos rotos. Persigue a borrachos, infieles y a
padres de familia irresponsables y blandengues. Asusta también a los viajeros
que transitan en horas avanzadas de la noche. Los abuelos y tatarabuelos, en
hogares de familias numerosas, cuentan esta leyenda una y otra vez
para escarmiento o como lección moral a sus hijos y nietos.
Según cuentan hace muchísimos años había una anciana que
tenia dos nietos a quienes consentía demasiado, tolerándoles hasta las más
extrañas ocurrencias, groserías y desenfrenos. Las infantiles ocurrencias
llegaron hasta exigirle a la viejita que hiciera el papel de bestia de carga
para ensillarla y luego montarla entre los dos; la abuela accedió en
el acto para la felicidad de sus dos nietos, quienes anduvieron por toda la
casa como sobre el más manso cuadrúpedo. Cuando murió la anciana, San
Pedro la recriminó por la falta de rigidez en la educación de sus dos pimpollos
y la condenó a purgar sus penas en este mundo entre tres llamaradas de candela
que significan: el cuerpo de la anciana y el de los dos nietos.
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